02 mayo 2012

LA CONCEPCIÓN ACTUAL DEL MUNDO FÍSICO



Por Juan Pablo Montero Palacios[1]

- Introducción.
- La teoría cuántica.
- La relatividad general.
- El modelo estándar del universo, según la teoría del Big Bang: El universo en expansión.
- El principio cosmológico y la teoría del universo estable.
- El universo pulsante.
- Criterio filosófico sobre el mundo actual.




INTRODUCCIÓN

En la época que nos encontramos (siglo XXI), es complicado ofrecer al mundo un modelo universal, único, del universo físico que habitamos y con el que nos relacionamos constantemente. Es de esta manera que la ciencia actual (muy actual) ha ofrecido una serie de concepciones del universo, a partir de ciertas hipótesis, según las cuales los fenómenos del universo se ven más o menos explicados.

¿Es necesario que la fundamentación de estas hipótesis tenga una base experimental sólida? En realidad, no. Resulta imposible obtener unas experiencias empíricas de la constitución del universo, o unas pruebas que demuestren, por ejemplo, la contracción del universo conocido, como una “diástole” del corazón.

Es, entonces, menester preguntarse: ¿Dónde se encuentra el carácter de “cientificidad” de estas teorías?

Hay que decir, a favor de estas teorías, que la experimentación sensible no es el único criterio para poder hacer ciencia, pues no todo lo científico llega a ser experimentable, como algunas formulaciones matemáticas. Las teorías que se presentan en esta sección  se basan en una serie de investigaciones serias de los físicos más eminentes de nuestra época, quienes, a su vez, llevan a sus últimos desarrollos abstractivos los descubrimientos de sus predecesores, no queriendo decir con esto que sean unas especulaciones baratas.

La exposición hará una síntesis sobre los elementos más importantes en estas teorías, sin profundizar mucho, dado que no es necesario hacerlo aquí y porque se haría necesario un complejo de conocimientos bastante amplio en el campo de la física y de la matemática. Al final, habrá una reflexión más filosófica a propósito de una múltiple comprensión del mundo, la permanencia del ser y la idea de un trascendente.

No pretende, en modo alguno, ser esta sección una detallada explicación de las teorías, como ya antes se ha manifestado. La pretensión real y fundamental es ofrecer un criterio filosófico bien estructurado a partir de la concepción del mundo actual y la situación del hombre, en tanto genérico como individual, dentro de aquél.


LA TEORÍA CUÁNTICA.

Es la teoría más avanzada en el campo del micro-universo, es decir, en el mundo de las partículas fundamentales de la materia.

Uno de sus principios fundamentales es el propuesto por Planck[2] fue el de los “cuantums”, cantidades de energía muy pequeñas, dado que la materia sólo puede absorber o liberar cantidades exiguas de energía.

Por otra parte, el físico Werner Heisenberg[3] postuló el principio de incertidumbre, según el cual no es posible determinar la posición exacta de una partícula subatómica, teniendo en cuenta su momento lineal.

La teoría cuántica surge a partir de la imposibilidad de elaborar una teoría de acción molecular que englobara los fenómenos de la termodinámica, la radiación y la electricidad tal como se entendían entonces. La constante de Planck permitió determinar la curvatura de la radiación electromagnética en el espectro y deducir que la ésta no es una onda, sino emisiones constantes de energía, los cuantums.

A partir de este descubrimiento, se desarrolló toda una teoría en mecánica cuántica, la cual ha tenido grandes influencias en la comprensión del mundo “micro”.

La mecánica cuántica resolvió todas las grandes dificultades que preocupaban a los físicos en los primeros años del siglo XX. Amplió gradualmente el conocimiento de la estructura de la materia y proporcionó una base teórica para la comprensión de la estructura atómica y del fenómeno de las líneas espectrales: cada línea espectral corresponde a la emisión o absorción de un cuanto de energía o fotón, cuando un electrón experimenta una transición entre dos niveles de energía.

La comprensión de los enlaces químicos se vio radicalmente alterada por la mecánica cuántica y pasó a basarse en las ecuaciones de onda de Schrödinger. Los nuevos campos de la física —como la física del estado sólido, la física de la materia condensada, la superconductividad, la física nuclear o la física de partículas elementales— se han apoyado firmemente en la mecánica cuántica.

Otro gran avance de esta teoría es la demostración de que hay unas partículas elementales en la misma estructura atómica. El siguiente cuadro mostrará las principales especies de estas partículas.

Descripción: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGd5pM__lIL4JR8e3rja5J4zBtRNY2chBH05M8-Q9R6qYaHQlsXW1lpsfzeLCMJDMB1FoMNq6ZaFsCEmsZHV_nvcZXV74goNgL5vwH5TiOOKy4wjRQ2ICN2B2IDV_S_Z75ndrKZ4ZlU3At/s400/cuadro+1.jpg


LA RELATIVIDAD GENERAL.

La teoría einsteniana comienza, a partir de 1905, con el estudio del problema de la velocidad de la luz en el éter o en el vacío y la determinación que hace Einstein de esta velocidad, que, independientemente del movimiento del foco luminoso, es constante: trescientos mil (300.000) kilómetros por segundo (Km/s), aunque tiende a variar un poco dependiendo del medio en el que se mueve, por ejemplo, el cambio del vacío al agua supone una variación en la velocidad de la luz, aunque ésta sea, realmente, mínima. “La velocidad de la luz es una constante universal en cualquier sistema: Tierra, sol, galaxia”[4].

La “relatividad” de la teoría de Einstein se halla en esto: “Puesto que en ningún experimento realizado dentro del sistema permite averiguar si éste se halla en reposo o en movimiento absoluto, carece de sentido hablar de un espacio absoluto, inmóvil. No existen ni el espacio ni el movimiento absolutos. El espacio queda reducido al orden o la relación de las cosas entre ellas. Sin cosas, no hay espacio”[5].

En otras palabras, Einstein postula que el tiempo y el espacio son relativos al sistema de medición que se emplee. El tiempo no corre de la misma manera en la Tierra que en Marte, por ejemplo. Por medio de las leyes de transformación de Lorentz, Einstein descubre que un reloj en movimiento, respecto de uno que está en estado de reposo, se atrasa, porque, siendo la velocidad de la luz una constante, el punto de referencia del observador es una variación, lo cual produce el atraso del reloj. Cuando creemos ver que alguien llegó ante nuestra vista a las tres en punto, en realidad ese alguien arribó justo un pequeñísimo instante antes, relativamente con la distancia del observador.

Asimismo, la masa de los cuerpos varía dependiendo de la velocidad. Es una relación directamente proporcional: a mayor velocidad, mayor masa. Al experimentar velocidad, el cuerpo en movimiento despide energía y, por el principio de conservación de ésta (no hay destrucción de energía, ésta se transforma), si la masa posee inercia, la energía de los átomos de ésta también la posee, teniendo así que la energía misma tiene masa gravitacional, de tal suerte que los rayos de luz se desvían al acercarse a un campo gravitacional más intenso. La energía aumenta, por tanto la masa lo hace, porque la energía tiene masa. De aquí surge la famosa ecuación einsteniana: E=mc2, determinando que la energía que podría producir un cuerpo es equivalente a la masa del cuerpo multiplicada por el cuadrado de la velocidad de la luz.

Ahora bien, Einstein, tras diez años más de investigaciones, generalizó la teoría de la relatividad a los campos gravitacionales, al universo entero. En pocas palabras, Einstein modifica radicalmente la teoría de la gravitación universal de Newton, al equiparar las fuerzas de gravedad e inercia, aparentemente contrarias, pero, en el fondo, relativas, dado que no es posible saber si permanecemos sujetos al suelo por gravedad (fuerza de atracción de la tierra) o por inercia (fuerza del movimiento). Esto significa, entonces, que el espacio y el tiempo están determinados por las fuerzas que ejercen los astros y, en consecuencia, el universo no es una cosa estable y sólida, sino un todo amorfo, que se puede expandir y contraer, según las fuerzas inconmensurables de los astros que lo componen.


EL MODELO ESTÁNDAR DEL UNIVERSO, SEGÚN LA TEORÍA DEL BIG BANG: EL UNIVERSO EN EXPANSIÓN.

1.      La teoría del Big Bang. La teoría del Big Bang, que en el argot anglosajón significa “gran explosión”, es una de las teorías científicas más populares y actualmente goza de un alto grado de aceptación. La historia del Big Bang se inicia a mediados del siglo XIX, cuando el científico holandés Cristian Doppler[6], descubre el fenómeno físico que le hizo famoso: el efecto Doppler. Éste se presenta cuando una fuente de ondas o energía se desplaza en forma radial (esto es, alejándose o acercándose) a un espectador o receptor. Así, éste recibe mayor o menor cantidad de ondas por unidad de tiempo según el sentido de desplazamiento de la fuente emisora. Si hacemos una analogía, se vislumbrará más fácilmente lo que ocurre: supongamos que un observador se encuentra parado a un costado de la vía férrea esperando ver pasar el tren. Y supongamos también que éste se acerca al observador sonando su bocina en forma ininterrumpida. A medida que se acerca, el espectador captará que el sonido se hace cada vez más agudo, hasta el momento en que el tren pasa junto a él. Desde ese instante, el sonido irá bajando paulatinamente de tono, tornándose más grave, hasta hacerse inaudible por la distancia. Esto se explica porque las ondas de sonido viajan en la misma dirección del tren cuando éste se aproxima, debido a lo cual, se comprimen y el receptor recibe más de ellas por unidad de tiempo. Al alejarse el tren, las ondas viajan en sentido contrario a la fuente emisora lo cual produce su dilatación, recibiendo el espectador menos ondas por unidad de tiempo. Ello produce la gravedad del sonido. Como este fenómeno afecta a todo tipo de ondas, inclusive a las electromagnéticas, era de esperarse que lo mismo ocurriese con la luz visible, que es, en esencia, un tipo de onda.

La teoría del Big Bang supone que toda la materia del universo estuvo, en un comienzo, concentrada en un mismo lugar del espacio. Esta masa de volumen pequeño (comparado con la extensión del universo) fue bautizada como "huevo cósmico" por Gamow o "átomo primitivo" por Lemaître. Si toda la materia existente en el universo estuvo concentrada en una sola estructura, su densidad debió ser inimaginablemente grande. De igual forma, se estima que su temperatura alcanzó unos 100 mil millones de grados Celsius. En tales condiciones, ni siquiera existirían los átomos como los ha definido la química. Al explotar, la energía fue transformándose paulatinamente en materia, a medida que se alejaba es todas direcciones. En un instante nacían tiempo y espacio. Debieron pasar cientos de miles de años desde la gran explosión para que el choque entre las partículas elementales disminuyera, lo que permitió que los núcleos atómicos capturaran sus electrones. Al mismo tiempo, la temperatura fue descendiendo gradualmente y la velocidad de expansión de la materia fue cada vez menor. Los fragmentos del huevo cósmico diseminados en todas direcciones, se fueron condensando y formaron lo que hoy son galaxias, estrellas, planetas y todos los cuerpos celestes conocidos.

2.      El universo en expansión[7]A comienzos del siglo XX, el efecto Doppler fue utilizado para analizar el espectro luminoso de galaxias lejanas. Como ocurre con el sonido, una fuente luminosa emitirá más ondas de de luz por unidad de tiempo si se acerca a nosotros a una velocidad considerable. Ocurrirá lo contrario si se aleja. Las ondas más largas del espectro luminoso corresponden a la luz de color rojo, mientras que las más cortas, al violeta. Como Slipher descubrió que las ondas de luz provenientes de la mayoría las galaxias observadas por él se alargaban (se corrían hacia el rojo del espectro), infirió que todas ellas se alejaban de nosotros, exceptuando aquellas pertenecientes al grupo local. Parecían huir del sistema solar, como si se tratase de una enorme fuga. Esto, en un principio, desconcertó a los científicos. ¿Por qué las galaxias se alejaban unas de otras? Se llegó a la conclusión que el universo en que vivimos se está expandiendo. Las galaxias se alejan de nosotros acelerando 160 kilómetros por segundo en cada millón de años luz que recorren. El crecimiento del universo es indeterminado.


EL PRINCIPIO COSMOLÓGICO Y LA TEORÍA DEL UNIVERSO ESTABLE.

Si bien es cierto que la teoría del Big Bang goza de una popularidad abrumadora, no todos los científicos comparten sus postulados. Muchos consideran que el universo es una entidad que no tiene principio ni fin. No tiene principio porque no comenzó con una gran explosión ni se colapsará, en un futuro lejano, para volver a nacer.

La teoría que se opone a la tesis de un universo evolucionario es conocida como “teoría del estado estacionario” o “de creación continua” y nace a principios del siglo XX, cuando la idea de que el universo debería presentar el mismo aspecto desde cualquier punto de observación, comenzaba a prender entre los investigadores. Parecía lógico pensar que la distribución de la materia interestelar era regular y que ninguna galaxia tendría privilegios en lo que se refiere a su posición en el espacio. El impulsor de esta idea fue el astrónomo inglés Edward Milne y, según ella, los datos recabados por la observación de un objeto ubicado a millones de años luz, deben ser idénticos a los obtenidos en la observación de la Vía láctea desde la misma distancia. Milne llamó a su tesis “principio cosmológico perfecto”. En 1948 los astrónomos Herman Bondi, Thomas Gold y Fred Hoyle retomaron este pensamiento y le añadieron nuevos conceptos. Nace así el “principio cosmológico perfecto” como alternativa para quienes rechazaban de plano la teoría del Big Bang.

Dicho principio establece, en primer lugar, que el universo no tiene un génesis ni un final, ya que la materia interestelar siempre ha existido. En segundo término, sostiene que el aspecto general del universo, no sólo es idéntico en el espacio, sino también en el tiempo. De esta forma, el cosmos se ha mantenido igual y con una densidad constante desde siempre. Evidentemente, en el futuro, tampoco cambiará. Sin embargo, existen realidades irrefutables que tales ideas parecen contradecir. En efecto, si el universo se mantiene igual tanto en el espacio como en el tiempo, ¿como explicar la actual expansión de las galaxias, que paulatinamente terminarán por cambiar el aspecto del cosmos? ¿Como se explica la transformación continua de hidrógeno en helio que traerá como consecuencia la formación de un universo saturado de materiales pesados y galaxias envejecidas?

Los tres astrónomos explicaron al respecto que el aspecto del cosmos no variará, porque el espacio dejado por las galaxias que se alejan será ocupado por nuevos conglomerados que irán surgiendo por la condensación de la materia creada continuamente a partir de la nada. Dicha afirmación, un tanto extravagante, parece violar la ley de la conservación de la energía. Sin embargo, para el trío de científicos, bastará que surja (a partir de la nada) un sólo átomo de hidrógeno por cada mil millones de metros cúbicos de espacio en forma constante, para que el hidrógeno del universo sea renovado y reemplace a aquél que sea consumido en las reacciones termonucleares de las estrellas.

EL UNIVERSO PULSANTE.

Surge esta teoría a partir de la del universo en expansión, dado que muchos científicos se inclinan a pensar que la evolución del universo abarca una dimensión temporal que va mucho más allá de la explosión primordial y de la actual expansión. Sostienen que el tiempo y el espacio no se crearon conjuntamente con el Big Bang, sino que consideran al cosmos como una entidad eterna. Esta tesis, llamada teoría del universo pulsante, viene a responder la siguiente pregunta: ¿qué había antes del Big Bang?

Las agrupaciones de galaxias y los cúmulos estelares, se mueven separándose unos de otros en franca expansión. La teoría del Big Bang supone que la velocidad de recesión de dichos objetos era mayor en el pasado que hoy. La teoría del universo pulsante sostiene que en un futuro inminente, la fuerza gravitatoria resultante del universo será capaz de frenar su expansión, hasta el punto de iniciar el proceso contrario, es decir, una contracción. Todos los cuerpos celestes comenzarían a acercarse unos a otros a una velocidad cada vez mayor, hasta encontrarse en un mismo punto y constituir otra vez el huevo cósmico (Big Crunch). Este huevo, después de cierto lapso de tiempo, volvería a estallar, dando origen a otro universo expansivo.

El ciclo se repetiría eternamente, perpetuándose en el tiempo. Nuestro universo sería el último de muchos surgidos en el pasado, luego de sucesivas explosiones y contracciones (pulsaciones). El momento en que el universo se desploma sobre si mismo atraído por su propia gravedad es conocido como “Big Crunch” en el ambiente científico. El Big Crunch marcaría el fin de nuestro universo y el nacimiento de otro nuevo, tras el subsiguiente Big Bang que lo forme. Si esta teoría llegase a tener pleno respaldo, el Big Crunch ocurriría dentro de unos 150 mil millones de años. Si nos remitimos al calendario de Sagan, esto sería dentro de unos 10 años a partir del 31 de diciembre.

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CRITERIO FILOSÓFICO SOBRE EL MUNDO ACTUAL.

Las diferentes maneras de exponer la situación del mundo físico instan a pensar en el cambio profundo y radical que significa esto para la visión de todas aquellas realidades que “trascienden” la realidad material y científica. La situación presente me ha llevado a reflexionar sobre una serie de aportes interesantes que iluminan la situación del filósofo ante la monstruosa construcción científico-positiva.

1.      La alienación científica. Marx entendía la alienación como la represión de la capacidad creadora del hombre, limitando su poder de autodeterminación en el fruto de su trabajo propio. Marx encuentra en la alienación un obstáculo muy fuerte para la consecución de los fines más específicos de la condición humana. Y es que la ciencia constituye una poderosa alienación para el poder humanizador del hombre mismo.

Los grandes adelantos técnicos y tecnológicos han sumergido a la humanidad en las arenas del consumismo y de la robotización, las cuales han nublado la vista de las personas, de cara a las grandes inquietudes que tal vez sirven más a sus existencias. El hombre pierde su identidad en un mundo tan grande y tan “adelantado”…

2.      La “relativización” del mundo. Una de las grandes consecuencias existenciales que derivan de la teoría einsteniana es una cierta “relativización” general del pensamiento humano. En efecto, cuando el ser humano se ha encontrado con que el tiempo y el espacio son relativos al sistema que los mide, el pensamiento sufre una especie de “anti-universalidad” en la cual la noción de “verdad” se pierde y se esconde, hasta que tiende  a desaparecer por completo. Lo que queda es un montón de opiniones que son válidas, pero no necesarias y que deban ser aceptadas.

3.      La tesis de la inmanencia y la “nueva búsqueda”. Sencillamente, consiste la inmanencia en la negación de toda idea de trascendencia. Todo lo que el hombre necesita se encuentra en la finitud del mundo y, en últimas, de sí mismo. El mundo así concebido ha llegado a la postulación de principios como estos. Sin embargo, la idea de finitud no es compatible con la naturaleza humana, así que también existe, gracias a los adelantos de la ciencia y la conciencia de sus limitaciones, una búsqueda fuerte en el campo espiritual, un anhelo de una respuesta definitiva y constante que brinde al hombre alienado por la ciencia el consuelo de encontrarse, según Leibniz, en “el mejor de los mundos posibles”.



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

–  DÓRIGA, Enrique. El universo de Newton y de Einstein. Barcelona, Herder, 1985.

En Internet:




[1] Estudiante de Derecho de la Universidad Católica. Correo electrónico: juanpablomonterop@yahoo.com.ar
[2] Max Karl Ernst Ludwig Planck (1858-1947). Físico alemán, premiado con el Nobel, considerado el creador de la teoría cuántica.
[3] Werner Karl Heisenberg (1901-1976). Físico y Premio Nobel alemán, que desarrolló un sistema de mecánica cuántica y cuya indeterminación o principio de incertidumbre ha ejercido una profunda influencia en la física y en la filosofía del siglo XX.
[4] DÓRIGA, Enrique. El universo de Newton y de EinsteinPág. 162.
[5] Ibíd. Pág. 162.
[6] Christian Doppler (1803-1853). Físico y matemático austriaco, nacido en Salzburgo. Fue profesor en el Instituto técnico de Praga (Checoslovaquia) y en el Instituto politécnico de Viena, y ocupó el cargo de director del Instituto de Física de la Universidad de Viena en 1850. Describió el fenómeno físico que se conoce hoy como efecto Doppler en su artículo monográfico sobre los colores de la luz de las estrellas dobles, Acerca de la luz coloreada de las estrellas dobles (1842).
[7] Cf. www.circuloastronomico.cl/cosmologia/universo.html#ACELERA

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